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domingo, 13 de diciembre de 2009

EN BUSCA DE LA ETERNA JUVENTUD (I)

DESMITIFICANDO EL USO ESTÉTICO DE LA TOXINA BOTULÍNICA

  • Algunos expertos advierten sobre el uso de tratamientos alegales
  • La toxina botulínica también tiene aplicaciones médicas en la hiperhidrosis
bótox

En España, el bótox para eliminar las arrugas del entrecejo fue aprobado en 2004. (Foto: El Mundo)

Desde que fue aprobado en España para eliminar arrugas, la toxina botulínica (Botox/Vistabel) se ha convertido en la estrella de la Medicina Estética. Muchos de los que desean quitarse unos años de encima acuden a un centro médico para saber en qué medida pueden conseguirlo con este tratamiento.

El actual y creciente interés por lucir un rostro joven se traduce en una mayor demanda de aquellas alternativas que prometen hacer realidad dicho objetivo. El riesgo de esta aspiración es que, a veces, si no se confirman algunos criterios de garantía importantes (sólo un profesional titulado podrá aplicar este tipo de tratamientos y sólo lo hará con fármacos aprobados por la Agencia Española del Medicamento, AEM), los resultados no serán los esperados.

"El cliente debe desconfiar de los tratamientos estéticos baratos, ya que corre el riesgo de que se realicen con productos no autorizados, como por ejemplo, el bótox coreano", advierte Pilar Rodrigo Anoro, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). Esta sustancia se adquiere a través de Internet y, además de que "sus efectos reparadores duran menos, puede provocar efectos secundarios, como las alergias".

"Es responsabilidad de quienes solicitan estos tratamientos acceder a profesionales médicos cualificados. Las distintas sociedades (AEDV, SECPRE, SEME, SEMCC) y colegios médicos pueden facilitar datos de los centros y personal habilitado para esta práctica", recomienda Emilce Insua, médico estético de la Clínica Barragán de Madrid.

Sólo un médico estético, un cirujano plástico o un dermatólogo sabe cuál es la dosis y la zona exacta en la que debe efectuarse la inyección de la toxina botulínica, comúnmente conocida como bótox. Si no se realiza correctamente "puede producirse la caída del párpado superior, asimetría de las cejas y, aplicado en otras zonas, problemas de deglución o neumonías por aspiración o complicaciones aún más graves", comenta Lidia Díaz, médico estético del centro médico Esbeltic Model.

Como cualquier otro medicamento, la correcta aplicación puede conllevar algunos efectos adversos como "la debilidad de los músculos inyectados, algo de dolor e incluso un pequeño hematoma", tal y como indica el prospecto para los usuarios disponible en la web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AGEMED). "En general, se producen durante los primeros días siguientes a la inyección y son transitorios".

"Al tener tan baja concentración de toxina botulínica en los tratamientos estéticos, hay muy pocos efectos secundarios", matiza Carmen Gorosabel, médico estético del Instituto Médico Estético de Madrid.

Según AGEMED, esta sustancia "es una neurotoxina que impide la liberación de acetilcolina en las uniones neuromusculares", lo que significa que actúa bloqueando los impulsos nerviosos de los músculos donde se inyecta y estos dejan de contraerse, es decir, relaja la musculatura. Su uso cosmético nació a finales del siglo XX. "El matrimonio canadiense Carruthers estaba probando la toxina botulínica en un paciente con estrabismo y observaron que no sólo mejoró este problema sino que además se redujeron sus arrugas", explica el doctor Víctor García, presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética (SEMCC). A partir de entonces, el bótox se comenzó a utilizar en el mundo de la cosmética.

Tipos de arrugas

En España está aprobado el uso de la toxina botulínica para fines estéticos desde el año 2004. "Los médicos siempre hacemos una exploración para identificar la causa de las arrugas y en función de esto, así será el tratamiento", puntualiza el doctor Víctor García. Las arrugas pueden ser de tres tipos: las causadas por el sol, por el paso de los años y por el movimiento del músculo (las conocidas arrugas de expresión). "En algunos casos, será más pertinente realizar implantes, hacer liftings, utilizar el láser, rellenos (ácido hialurónico, por ejemplo) o aplicar la toxina botulínica (en las arrugas originadas por el movimiento del músculo", añade el especialista.

"Además de corregir las arrugas de expresión del tercio superior de la cara, se podría utilizar para realizar tratamientos tipo lfting, corregir los surcos de marioneta o los nasogenianos, para tratar las bandas plastismales del cuello...", matiza Lidia Díaz.

Se aplica con agujas muy finas y esto produce un bloqueo en el músculo donde se inyecta


"Cualquier persona sana, mayor de edad, que no tenga alergia conocida a la toxina, que no esté embarazada, que no tenga enfermedades neuromusculares o autoinmunes puede someterse a los tratamientos de toxina botulínica, siempre que su caso lo requiera", explica Carmen Gorosabel. Una vez comprobado y analizado el historial clínico del interesado, se procede al tratamiento.

Se aplica con agujas muy finas y esto produce un bloqueo en el músculo donde se inyecta. No requiere anestesia ni es necesario tomar calmantes, según especialistas de la Sociedad de Investigación y Desarrollo de Medicina Estética (SIDME). En unas 36-48 horas comienzan a notarse los resultados, pero hasta las dos semanas, aproximadamente, no se ve el efecto final.

Teniendo en cuenta que la duración media de sus efectos oscila entre los tres y los seis meses, "para mantener los resultados, se aconsejan un par de sesiones al año, aunque es habitual que éstas se vayan distanciando y que la asociación de otros tratamientos estéticos potencien su duración y los buenos resultados", recalca Emilce Insua.

El uso médico del bótox

Sus aplicaciones van mucho más allá de eliminar las arrugas inherentes a la edad. Lleva más de 25 años utilizándose en diferentes especialidades. "Tiene aplicaciones médicas en Oftalmología (estrabismo), Neurología (distonías) y Dermatología (hiperhidrosis). Por ejemplo, se utiliza en casos de estrabismo en los niños y en la hiperhidrosis (exceso de sudoración severo)", afirma Emilce Insua.

Actualmente, en España, también se utiliza para controlar los espasmos musculares, las distonías (tortícolis espasmódica y los blefarospasmos, cierre involuntario de los párpados por espasmos de los músculos orbiculares).

Ahora, se está estudiando su efectividad en patologías digestivas como el reflujo esofágico, en las migrañas, las hemorroides, para la vejiga hiperactiva o incluso la obesidad mórbida", añade el presidente de la SEMCC. Aún no están aprovechadas todas las posibilidades de esta alternativa. No obstante, estas indicaciones todavía no están aprobadas.


(http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/11/28/pielsana/1227889011.html)

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